“Ser flexible con uno mismo es ser capaz de tomarse el pelo uno mismo y que la autoestima se muera de la risa” –
Walter Riso.

Los jóvenes universitarios cada vez quieren alcanzar el perfeccionismo debido a la gran presión que sienten por ellos mismos o por otras personas, también puede influir la comparación que cada uno hace con lo que ve en sus amigos, compañeros, familiares e incluso en las redes sociales. Estas últimas han generado mucho impacto en la gente joven por medio de conceptos nuevos introducidos; tales como “that girl”, “perfect body”, “GRWM” (Get Ready with me) entre otras. Si bien, estos conceptos nos pueden ayudar incluso, adquirir nuevos hábitos o aprender alguna receta o inspirarnos a ver qué ropa nos pondremos, la percepción de los jóvenes se llega a distorsionar de tanto bombardeo de información de este tipo.
Es importante que puedas discernir entre aquello que se ve, pero que no sabes si realmente es lo que las otras personas están haciendo, de aquello de lo que tú puedes hacer para mantener un equilibrio en tu vida social, académica, laboral e incluso financiera.
Es importante que seas flexible contigo mismo y que te permitas cometer errores, levantarte de ellos y trabajar día a día en tí.
Aquí te dejo unos tips para que puedas ser más flexible contigo mismo:
- 1. Deja de suponerlo todo: Nuestro pensamiento es capaz de transformar la percepción de nuestra realidad y también cómo nos llegamos a sentir sobre ella. Es muy fácil poner el peor escenario en nuestras mentes, pero ¿qué tan cierto llegará a ser?, ¿por qué no intentamos colocar un pensamiento más realista y menos catastrófico? La forma en la que te sientes es determinada por lo que piensas. Cuando te encuentres en esta situación, toma un momento, observa tus pensamientos y pregúntate si realmente es lo que pasará o es tu propio miedo el que te instala estos pensamientos.
- 2. Empatiza, ponte en el lugar de otros: pregúntate si lo que estás viendo en los demás, es realmente esa persona. ¿Qué te prueba a ti que la versión que muestra ante los demás, es la versión real de él/ella? Cuando te digo que empatices, no quiero decir que debes voltear a ver a todos para ver en dónde se equivocaron, pero el poder ver a los demás con ojos diferentes y no sólo de admiración te ayudarán a tí para darte cuenta de su situación y que no son tan perfectos como parecen.
- 3. Mírate, pregúntate y confróntate: ¿qué tanto te volteas a ver a tí mismo?, ¿realmente todo está yendo mal?, ¿realmente todo está yendo bien?, ¿qué te hace falta?, ¿cuál ha sido tu trayectoria? Hazte preguntas que te ayuden a confrontar contigo mismo, a darte cuenta del camino que has tenido en tu vida, cómo lo has manejado, cómo has superado aquellas adversidades anteriores que te han hecho llegar hasta donde estás hoy en día. No todo es malo, no todo es bueno; pero cada aspecto tiene un aprendizaje dentro de ti que te mueve como persona. Además de verte, date mérito por todo lo que has superado, aprendido y cambiado. Reconoce tu esfuerzo, así como reconoces el esfuerzo y cambio que tienen otras personas.
- 4. El cambio no siempre es malo: muchas veces pensamos que el cambio es malo o que nos puede traer cosas diferentes, pero lo diferente no es sinónimo de negativo. Ser flexible también quiere decir estar abierto a aquellos pequeños o grandes cambios que se pueden dar. La perspectiva de estos depende la que le des tú a ellos. Así como en el numeral 1, no supongas que estos cambios serán negativos y tampoco pongas etiquetas a lo que estás viviendo porque eso solamente influirá en cómo lo sientes o piensas, predisponiendo.

Artículo realizado por Lucía Margarita Hernández Sosa
y diseñado por Andrea Valeria Muralles Schlenker
Referencias:
Sáenz, C. (2021). ¿Eres flexible con tu vida? 6 claves para acabar con la rigidez mental. Cuerpo mente. Recuperado de https://www.cuerpomente.com/nos-inspiran/ser-flexible-vida_6488